miércoles, 15 de julio de 2009

Swiss Bike Master

El número -el 3ero que tengo-

Aquí va mi reseña de la Swiss-Master-Bike en Küblis. Algo larga pero bastante más corta de todo lo que pudiera escribir al respecto.

Pues me fue peor que de la patada. Simple y sencillamente estaba lejos de estar preparado para este tipo de carrera. La meta era hacer 6h30’ e hice 8h30.

El previo

Küblis está en el lado alemán de Suiza, cerca de Davos y colindando con los Alpes austriacos -ahí es Heidiland-. Casi nula la presencia de corredores del lado francés. Küblis se adelantaba bastante a mis planes de entrenamiento en subida pero quiera aprovecharla para conocer esa parte de Suiza, así que me animé y me lancé. Hice mi plan y calculaba hacer 6h30’ en el recorrido mediano de 75kms y 3000m de desnivel –el largo son 120km y 5000m-.

Un día antes iba con miedo, el clima frio y lluvioso estaba seriamente amenazador y no sabía que ponerme. Me daban remordimientos los kilos demás y la falta de entrenamiento en subidas pesadas. Lo peor es que ya traía una advertencia de frenos en mal estado para una bajada tan larga.

Ya estaba allá.

Tres fotos que dejan entre ver la dimensión de los Alpes

El arranque

Iba al final del tercer y más grande de los bloques. Lo 1ero que me extrañó es que todos arrancamos muy calmados, sin prisas y la razón era obvia: se empieza con una subida de locos imposible de describirla. Al inicio pasaba a 2 pero me pasaban 4, aun así me sentía bien. El 1er punto que había marcado lo alcancé a la hora justa. Lo malo es que la subida es eterna, creo que el truco es que los Alpes son montes muy altos unos sobre otros lo que duplica el tamaño y conforme alcanzas la cima del 1ero no te das cuenta que luego viene el segundo. Se sube tan alto que pasamos por las barreras anti-avalanchas donde ya sólo hay roca. Todos calmados y sin mirar para arriba porque de veras que dan ganas de llorar al ver allá muy lejos las figuras diminutas de los que van adelante.

Al final del tercer y más grande de los bloques

La primera parte la pasas completo y optimista. Ahí, a medio Alpe en un Chalet estaban unas 3 parejas animando con nada más y nada menos música de AC-DC a todo volumen.

La 1era cima

Como sea llegue a la 1era cima –más de 1400mts-. Tan cansado que me costaba tomar fotos. Si mal no recuerdo calculé 3hrs e hice 4. Me daba gusto verme en un grupo con ciclistas de muy buena finta, aunque luego entendí mi error –ese fue el 1er grupo que perdí-. En la cima no quise perder tiempo recuperándome y le seguí pensando que contrario a las subidas, en las bajadas andaba bien y me podría recuperar en fuerzas y en tiempo, pero nada, la cima tiene un aspecto impresionante, es larga y lo que me parecía plano tenía una pendiente de 100mts; además, la vereda no es que estuviera mal, pero estaba tan lodosa y yo tan desgastado que me costaba avanzar. Ahí perdí a otro grupo. En esa vereda vi una chavalita hacer maravillas con la bici lo que me animó un poco.

Durante la 1era subida. Todavía contento como para sacar fotos.
Si amplian las fotos puden ver la dimensión de los Alpes.
Lo que se ve abajo y al fondo no es la base del Alpe,
sino apenas la cima de la 1era parte del Alpe.

Ojala y pudiera transmitirles la dimensión de este tipo de cimas pero creo que lo única forma es viviendo la experiencia.

El golpe

A la mitad de la subida hay una verada plana que sirve de descanso. Ayuda pero se hace una fila y con la presión y el cansancio terminé dándome un buen golpe en la rodilla dejándome un dolor que arrastré toda la carrera.

El 1er descenso –cansado y sin confianza-

Justo donde comienza el 1er descenso hay un control muy nice que hace “bip” cuando se cruza. Es un descenso largo y aunque comienza con piedras altas y grietas gachas, lejos de ser difícil porque va mejorando mucho conforme se baja. Ahí me paré un rato para colocarme mis ultra-necesarios lentes pero me late que sólo era un pretexto porque lo que quería era tirarme al suelo. Claro, hay me pasaron 2 o 3 más y se acabo de despegar el grupo con el que iba.

Ok, me aventé y apenas empecé se me disparó el pánico al sentir que los frenos estaban demasiado abajo y aun bombeándole no frenaban bien –la advertencia se cumplía-. Eso, aunado a mi extremo desgaste deshizo mi confianza y bajé lento lleno de dudas.

Por cierto, entre los que me rebasaron en plena bajada iba uno que me impresionó con la velocidad y en el control que tenía.

Conforme bajaba iba ganando confianza pero no faltaba una curva pero volver a sentir la flaqueza de mis frenos y volver con las dudas.

La pared –como la de los corredores-

Luego de eso descenso se agarra una brecha de muchos kilómetros y de bajada; totalmente disfrutable a pesar del cuidado que exigían los frenos. Me recuperé física y anímicamente. Luego la brecha se pone un poco violenta pero controlable y ultra veloz, pero de pronto aparece una pared!!! Fuck!!! Justo ahí alcancé a “mi grupo”, me dio gusto y me dio fuerzas, pero era un espejismo. La “pared” había que ESCALARLA a pie y arrastrando la bici. Los 1eros 15mts no hubo problema. Lo malo es que yo tengo dos discos lumbares dañados que con este tipo de ejercicio se me dispara el dolor y si le sumo mis 100kgs y falta de condición pues las pulsaciones me llegan al tope. Odio que pongan estas paredes en las carreras. Me dio mucho coraje. Al inicio aguanté al grupo pero al rato se me fueron. Ahí perdí no menos de 40’. De verdad, que coraje. No sé porque diablos ponen estos tramos en las carreras de bici.

El rescate.

Esa pared terminé recorriéndola con un tipo. Los dos íbamos tan cansados que una vez alcanzada la "horizontal", el tipo iba caminando y se cayó en un precipicio delante de mi. La cosa estuvo tan peligrosa que tampoco hay forma de describirla. Por suerte, se quedó atorado junto la bici entre matorrales a unos 4mts. Mi 1era reacción fue pedir ayuda pero nadie llegaba y para ese entonces el tipo empezó a escalar. Me pasó la bici y luego le ayude a subir. Se quedó muy nervioso y no dejaba de hablar. Era un holandés. Bueno, eso ya era en la cima de la pared y eso del “rescate” me llevó unos 10’ que también me sirvieron de descanso. Sin duda el cuate tuvo mucha suerte.

La caída

Un poco más adelante seguía la bajada al 1er pueblo –Saas-. Bajada simple pero curiosamente me caí de la misma forma que me caído al menos 4 veces en los últimos 4 meses; ósea, la caída es sistemática. Resulta que en bajadas rápidas, cuando hay un recoveco en bajada y se tiene que dar vuelta completamente -donde se une el zig con el zag-, me pasa que tuerzo la rueda delantera, inclino el cuerpo, todo como se debe si no fuera por el pequeño detalle de no soltar el freno delantero evitando que la rueda haga su trabajo y claro, la inercia hace el resto. Estoy tan acostumbrado a esta caída que ya se como pararme!. El holandés iba detrás e inmediatamente se paró a devolverme el favor.

Saas

Al pueblo llegué bien y hasta contento, a pesar de lo mal que iba -fácil 1h30’ por encima del chafa-pronóstico-. Vi al mecánico pero ni modo que se pusiera a pulgar los frenos ahí mismo. Como a pesar de todo estaba bien y ya había pasado lo peor, pues le seguí.

Me late que se me nota el desgaste.
Ahí era Saas, el final de la 1era bajada y comienzo de la 2da subida.
La bici me la acababan de zopletear para quitarle lodo.

2da subida

Lo que sigue es una subida de 900mts y dado que una semana antes había subido 2 veces una de 859mts pues me dio confianza de seguir. Lo malo es que en todo el año no había subido más de 1800mts juntos y estos ya rondaban los 2500 de golpe. Ya era mucho el desgaste y me fui a vuelta de rueda perdiendo mucho tiempo. La sufrí mucho pero llegue a la cima (el Alpe se llama Madrisa).

La 2da bajada –gelatinoso y temeroso-

Una vez en la cima, aun con el cansancio seguía pensando inocentemente que la bajada era lo mío. Así como sube mucho, pues también se baja una enormidad. Era una vereda muy delgada pero muy bien marcada por tanto ciclista. Serpentea por kilómetros y kilómetros. De vuelta, con el cansancio, golpe en la rodilla y la falta de frenos me entró el pánico al grado que hasta las partes más simples me causaban problemas. Iba completamente temeroso y gelatinoso. Obvio, volví a perder mucho tiempo. Me sentía tan acobardado que hasta los animalitos del bosque me daban pánico.

Kloster

Kloster es el pueblo al fondo de la 2da bajada y comienzo de la 3era y última subida. Llegué muerto pero sobretodo completamente desanimado y lo que es peor: decepcionado de mí. Tanto tiempo entrenando y no podía más. Las subidas tan enormes se justifican, pero las bajadas se suponían bajo control y la resistencia mental también, pero nada, mi pseudo-rendimiento estaba de risa. Me sentía un debilucho. Mientras cruzaba un claro sobre el pueblo las piernas me ardían e iba pensando que pretexto usar para quedarme en ese pueblo: los frenos, la falta de preparación, el golpe en la rodilla, que soy mexicano donde no hay subidas de este tipo, que apenas es la 1era carrera de este tipo que preparo, mis discos, mi edad, mi peso y así muchos como esos.

La última cima

Pero nada, en el puesto me reabastecí y cerrando los ojos, con mucho dolor -anímico no físico-, con la moral por los suelos, con lágrimas en los ojos –aunque por dentro- y sobretodo con el sentimiento que más me describe en ese momento: completamente ACOBARDADO, crucé un puente y empecé a subir la 3era y última cima –la más pequeña-. Son 500mts, fáciles para cualquier ciclista, pero claro, los últimos 500 de 3000 en total. Para mi agradable sorpresa, la subida empieza constante y tranquila, permitiendo agarrar un buen ritmo -6k/h jaaaaaaaaa-. Eso fue un premio por haberme atrevido a cruzar el puente y no dejar de pedalear en Kloster porque la verdad ya me había rajado. Ahí recupere ánimos recordando que San Antonio en Chihuahua no estaba lejos de ser igual a esta última cima y eso me dio todavía más confianza –aunque sea caminando pero seguro la subo-.

El canto

A partir de la mitad de la subida empecé a cantar. Cantar es señal de que ya la carrera no me importa, que ya superé cualquier sentimiento negativo, que ya tengo la seguridad de terminar, que mi cuerpo ya se recuperó del cansancio extremo aun cuando ya no puede hacer mayor esfuerzo que avanzar a vuelta de rueda, lo bueno es que esa vuelta de rueda puede durar muchos pero muchos kilómetros y así puras cosas más bien positivas. Así, en ese estado medio catatónico optimista ya no derrotista pero tampoco competitivo legué a la cima.

Además del canto me llega lo chistin. En un punto de auxilio a media subida estaba un cuate muy aburrido con acento inglés dándose el tradicional intercambio de información:

El: Arriba, arriba, bravo, ya casi llegas

Yo: Cuanto me falta para la cima?

El: 15min –siempre es el doble-.

El: todavía vienen muchos detrás de ti?

Yo: Sí, como 600!!! (Jajajajaja a lo mucho 20)

El último descenso

Ese descenso se empieza con un tipo cruzado en la vereda advirtiéndote que esa 1era parte de unos 20mts es en extremo peligrosa dado que en medio tiene un escalón enorme, con caída libre, sin visibilidad y sólo para expertos. Bueno, con tanta advertencia pues a caminar. Así empecé el descenso. Luego hay otro punto de control de los “nice”, lo pasé sin darle importancia, me paré a tomar fotos con mi muy dañado celular, y cuando estaba en plena sesión fotográfica pasa volando un cuate de unos 23 que durante toda la carrera lo había estado dejando en las subidas pero en las bajadas me volvía a dejar; esta no fue la excepción, lo seguí pero me fue ganando distancia hasta desaparecérseme. Estoy seguro que con buenos frenos lo hubiera dejado muy pero muy atrás, pero también estoy seguro que si el cuate se pone a entrenar, el siguiente año no habrá nada que yo pueda hacer para ganarle -juventud mata entrenamiento-.

Dos tres curvas más y se llega a una vistosa zona de bajada de unos 300mts diseñada como para que los ciclistas nos luzcamos con los espectadores en la meta. Claro, ahí todos agarramos fuerzas y sacamos a reducir nuestras mejores pseudo-capacidades ciclistas.

Así llegué a la meta. Completo, contento y con la fuerte y excelente experiencia de una mala experiencia.

Ni hablar, la carrera por sí sola la considero un fracaso; pero ampliando la vista la veo como una excelente experiencia.

Ya sabiendo a lo que voy y con buenos frenos, creo si puedo bajar a las 6h30’ como había pronosticado.

Odié las carreras, odié las subidas, me pregunté 100 veces el tradicional “que diablos ando haciendo aquí teniendo tantas prioridades?”, me decepcioné de mí como ciclista y hasta como persona que enfrenta sus retos y muchas cosas más, pero que remedio, dos o tres días después ya empecé con la preparación para el Eiger Callenge (en la arrancada van el Alexandre Moos y el Christoph Sauser).

Finalmente la llegada.
Ya se habían ido todos...LOL

GPSies de la ruta de 75km y 3000hm -Click y luego refresh para ver desplegar bien la ruta-.

Replanteando el entrenamiento

Eso es una señora subida.
859 metros de altura directa en 9.49kms.
Abajo, una parte enorme para entrenar en plano.

De nuevo, re-planteando el entrenamiento para re-ajustarlo a lo que se me está quedando rezagado: la subida. En la foto aparece la montaña -Le Suchet- y en donde van los tractores pues me aviento lo plano.
A grandes rasgos, la siguiente es la distribución de mis entrenamientos por semana durante julio y agosto.

Lunes

Descanso activo, entre 60 y 65%, sin forzar y en plano dado que es un trabajo regenerativo. 1h30’. Normalmente en spinning.

Martes

  • Resistencia aeróbica a velocidad crucero entre 65% y 75%. 30’. En plano. Calentamiento.

  • Fuerza resistencia: en subida, progresivas, de 500m a 4km, de 3’ a 12’, entre 80 y 85% (siempre huyendo del ácido), subir con los cuádriceps. De 4 a 12 repeticiones en 2 o 3 series. Recuperación incompleta entre repeticiones y completa entre series (por debajo y encima del 60%). Al final 15’ al 65%.

  • Umbral anaeróbico: 4 intervalos de 5’, entre 5 y 10 pulsaciones por debajo del umbral. Recuperación incompleta al 70% durante 5’ entre repeticiones. La meta es empujar el umbral.

  • Resistencia aeróbica a velocidad crucero entre 65% y 75%. 30’. Enfriamiento.

Miércoles

Resistencia aeróbica, largo, entre 65 y 75%. En plano. 3hrs.


Jueves

  • Resistencia aeróbica a velocidad crucero entre 65% y 75%. 30’. En plano. Calentamiento.

  • Resistencia anaeróbica láctica: al 90%, de 8 a 16 repeticiones en 2 series. 20’’ por repetición. 3’ de recuperación entre repeticiones y 5’ entre series. Al final 15’ al 65%. La meta es acostumbrar al cuerpo a trabajar sin oxigeno. En subida de baja inclinación para cumplir con la meta principal de mejorar la escalada.

  • Intensidad aeróbica: 2 series de 15’ al 80-85% en plano. Enfriamiento.

Viernes

Resistencia aeróbica, largo, entre 65 y 75%. En plano. 3hrs.


Sábado - Domingo

Salida intensiva.

La zona es todo un paraíso
para los ciclistas de ruta


Vista desde el 1er tercio de la subida



Este GPSies corresponde exactamente a la zona (denle click - si a la 1era sale el mapa completo, hay que darle un "refresh" para desplegar la ruta).

Elsa-Trophy 2009

En pleno rebase

Más preciso en el pronóstico no podría haber sido: 1h51’ a 16.2k/h. En el 2008 hice 2h27 a 12.2k/h. Eso significa que un año mejoré al menos un 30% lo que es un buen considerando que es una carrera corta y por lo mismo muy intensa; tanto que el pulsómetro no bajaba de 188, promediando por encima del 180 y con un máximo de 196 pulsaciones que viéndolos desde cualquier punto son unos súper números.

Y eso es lo mas resaltable de la carrera: lo intenso y sacrificado del esfuerzo que no ceden ni un solo segundo y ni un solo metro; siempre pero siempre al máximo posible.

Después de unos 5 meses de entrenamiento –más mal que bien, pero entrenados- me siento considerablemente mejor; para prueba los 36 minutos que le bajé al tiempo que siendo una carrera de menos de 2hrs es un tiempazo.

Respecto a la carrera, quede bien pero bien satisfecho de cómo sostuve el ritmo tan duro durante toda el recorrido, me sentí fuerte en las partes planas, recovecos y hasta lomas cortas o largas, y las partes técnicas las resolví de lujo, pero mi gran pesadilla son y fueron las subidas con mucha inclinación; por más que me concentro el pulso se me dispara y con mis 1.94m y mis 100kgs lo más que logro es subir despacio. Lo que me deja un buen sabor de boca es que el pulso se me reacomoda relativamente rápido, tanto que entre más avanzaba la carrera, más mejoraba mi “desempeño” en las subidas a tal punto que ya no sólo no me rebasaban sino que hasta me di el lujazo de pasar a dos tres.

Haciendo el esfuerzo

Terminé muerto. Salvo dos o tres errores que me costaron unos 4 minutos que siendo una carrera tan cerrada significaron más de 25 lugares sin exagerar, me doy por bien servido –satisfecho y listo para la otra-. Aún así, mendigos suizos tienen un nivelazo cañón; apenas alcancé el 371 de 470 –dejé a 99-. Eso le resta algo de satisfacción a mi “triunfo personal” pero sólo un poco porque al igual que queda claro que sigo y seguiré siendo un biker "humilde", también queda claro que he estado mejorando endiabladamente y que si le atoro con la entrenada en subida voy a mejorar todavía más.

También hay que ver que esta edición fue mucho más reñida que la anterior. En el 2008 con 1h51’ hubiera quedado en el 298 en vez del 371 de este año -73 lugares de diferencia-. Calculo que ahorita puedo hacer 1h47’ y que para el año entrante le bajaría todavía 10 minutos más; eso sería una mejora abismal respecto al año pasado.

Con Carolina, la jefaza del equipo

Por lo pronto, lo que sigue es “intensificar” el entrenamiento en subida. Logrando mejorar la subida, el “all-around” quedaría perfecto.

Con la super porra
El Doctor, Juan, Mercedes y Graciela


La llegada, al fondo vengo yo.
En el último cuarto de la competencia tuve un cerrado
agarrón con esta chava que finalmente me ganó.

Tour de Francia - Previo al Verbier.

El Chasseron visto desde el lado suizo.
Aunque lo pasan justo por el lado izq de la foto y no por la cima.

Respecto a la 1era etapa de los Alpes. Por azares del destino yo conozco bastante bien el tramo –y en bici-. Empieza en Pontarlier un pueblo francés subiendo un puerto en el Jura (que no son los Alpes) de 3era categoría pero siendo los 1eros 10 de más de 200km de verdad está muy pesado. La cima del puerto ya es en Suiza. Luego bajan a Yverdon que es donde yo vivo. Es una supuesta planicie, pero nada más engañoso porque siempre va de subida y el tramo se alarga un buen hasta llegar a los pre-Alpes. Ahí suben el puerto de Mosses –o el Molesson que de paso es de donde viene el queso Gruyère- de 2da categoría. Llegando arriba sigue una enorme bajada –cruzan el Rhone- que les va servir para agarrar vuelo hasta Verbier ya en los Alpes del famoso Valais suizo considerado de 1era categoría.

Bueno, déjenme ser falsamente humilde y presumirles que el Chasseron (el 1er puerto) ya lo subí; de hecho voy mucho pero no me gusta tanto porque más bien es de ruta y no de montaña. Respecto al de Verbier, el Toño y yo subimos a Heremence que esta enseguida del de Verbier y es todavía más alto y más pesado.

Lo que nunca he hecho -y nunca haré porque no le doy a la ruta- es aventarme todo el tramo completo porque aunque en la tele se ven pedaleando con buen ritmo, de verdad que es cosa de profesionales. Conozco bien la zona y les puedo decir que lo que ellos se van a aventar en 5 horas yo lo haría en 3 días si bien me va. Son 207km pero no he podido ver cuantos metros de desnivel acumulado. Para colmo la siguiente etapa es todavía más pesada.

Volviendo al Chasseron, éste mide exactamente 1006 metros pero el tour no llega hasta la cima, sube a unos 600mts que a ojo de mal cubero –y muy probablemente equivocándome- más o menos es desde la base de la subida a San Antonio en Chihuahua hasta la parte más alta, aunque claro, ellos van en bici de ruta y sin el caloron.

A lo lejos, el Chasseron desde el lado francés.
Muy cerca de Pontarlier.

Por ahí tengo perdidas fotos del Molesson y de Verbier pero se las debo porque es un lata buscarlas.

Ya para concluir, la etapa de Verbier es la 15va, es el domingo y pasa por Yverdon. Lo malo es que por Yverdon pasa volando y prefiero ir a verlos ya sea en el Molesson que supongo van a ir en plena guerra, o en Verbier que es el cierre.

Bueno, espero sacar dos tres fotos malas pero que cumple con el “souvenir”. Y ya saben, si ven una bandera mexicana digan: mira, ay’ta el Calderas.